TEMPS DURANT L’ANY

AVISOS:

 

-A la col·lecta feta el passat cap setmana amb motiu de la jornada del DOMUND, es recaptaren a les nostres parròquies un total de 5.439’24 euros. Moltes gràcies per la vostra generositat.

 

-Com sabeu, diumenge passat hi hagué un sopar per recaptar diners per les obres de la Parròquia de Sant Pau. Hi participaren 162 comensals. Comptant les entrades dels tiquets, dels qui feren l’aportació econòmica sense anar al sopar, dels ingressos de la rifa i dels donatius aprofitant l’avinentesa, es recaptaren 3.205 euros nets. Moltissimes gràcies per la participació i generositat.

 

-Recordam que amb l’eslogan “Tu pots donar llum al món”, col·laborarem amb Mans Unides en l’activitat que es durà a terme dijous que ve dia 30 d’octubre a les 20’30 h. Consistirà en una concentració solidària que tindrà cinc punts de partida. Cada un d’ells portarà el nom d’un continent amb un color diferent.

A tots els qui hi vulgueu participar,vos recomanam que ara, a la sortida de la missa,  recolligueu les llumetes que vos seran distribuïdes. Es demana una aportació voluntària d’un euro. En adquirir la llumeta se vos indicarà el lloc de concentració.

 

-Dissabte ,  dia  1   de   noviembre,   les  Misses  seran  com  els  diumenges   a  totes  les  Parròquies.  A  més  hi  ha  la   missa  extra  al  Cementiri,  a  les   16   hores.

–  Degut  al  canvi  “oficial”  d’hora,  la  missa  de  Sant  Josep  dels  dissabtes  i  “la” de  les  Benedictines,  els  diumenges,  seran  a  les  17  hores.

 

DIJOUS   A  LES   20'30   hores:

ITINERARIS   DE   "LES   LLUMS"

 

 

http://www.manosunidas.org/24horas

clicau  damunt  l'adreça  per  a  donar  LLUM  a  "un  país"  del  SUD

Dia   30  octubre   2014

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DIUMENGE   30º  DEL   TEMPS   ORDINARI:

 

30 Tiempo ordinario(A) Mateo 22, 34-40
CREER EN EL AMOR
JOSÉ ANTONIO PAGOLA,

ECLESALIA, 22/10/14.- La religión cristiana les resulta a no pocos un sistema religioso difícil de entender y, sobre todo, un entramado de leyes demasiado complicado para vivir correctamente ante Dios. ¿No necesitamos los cristianos concentrar mucho más nuestra atención en cuidar antes que nada lo esencial de la experiencia cristiana?

Los evangelios han recogido la respuesta de Jesús a un sector de fariseos que le preguntan cuál es el mandamiento principal de la Ley. Así resume Jesús lo esencial: lo primero es “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser”; lo segundo es “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

La afirmación de Jesús es clara. El amor es todo. Lo decisivo en la vida es amar. Ahí está el fundamento de todo. Lo primero es vivir ante Dios y ante los demás en una actitud de amor. No hemos de perdernos en cosas accidentales y secundarias, olvidando lo esencial. Del amor arranca todo lo demás. Sin amor todo queda pervertido.

Al hablar del amor a Dios, Jesús no está pensando en los sentimientos o emociones que pueden brotar de nuestro corazón; tampoco nos está invitando a multiplicar nuestros rezos y oraciones. Amar al Señor, nuestro Dios, con todo el corazón es reconocer a Dios como Fuente última de nuestra existencia, despertar en nosotros una adhesión total a su voluntad, y responder con fe incondicional a su amor universal de Padre de todos.

Por eso añade Jesús un segundo mandamiento. No es posible amar a Dios y vivir de espaldas a sus hijos e hijas. Una religión que predica el amor a Dios y se olvida de los que sufren es una gran mentira. La única postura realmente humana ante cualquier persona que encontramos en nuestro camino es amarla y buscar su bien como quisiéramos para nosotros mismos.

Todo este lenguaje puede parecer demasiado viejo, demasiado gastado y poco eficaz. Sin embargo, también hoy el primer problema en el mundo es la falta de amor, que va deshumanizando, uno tras otro, los esfuerzos y las luchas por construir una convivencia más humana.

Hace unos años, el pensador francés, Jean Onimus escribía así: “El cristianismo está todavía en sus comienzos; nos lleva trabajando solo dos mil años. La masa es pesada y se necesitarán siglos de maduración antes de que la caridad la haga fermentar”. Los seguidores de Jesús no hemos de olvidar nuestra responsabilidad. El mundo necesita testigos vivos que ayuden a las futuras generaciones a creer en el amor pues no hay un futuro esperanzador para el ser humano si termina por perder la fe en el amor.

CREURE EN L’AMOR

José Antonio Pagola.

La religió cristiana els resulta a no pocs un sistema religiós difícil d’entendre i, sobretot, un entramat de lleis massa complicat per viure correctament davant Déu. No necessitem els cristians concentrar molt més la nostra atenció en cuidar primer de tot l’essencial de l’experiència cristiana?

Els evangelis han recollit la resposta de Jesús a un sector de fariseus que li pregunten quin és el manament més gran de la Llei. Així resumeix Jesús l’essencial: el primer és “Estima el Senyor, el teu Déu, amb tot el cor, amb tota l’ànima, amb tot el pensament”; el segon és: “Estima els altres com a tu mateix”.

L’afirmació de Jesús és clara. L’amor ho és tot. Allò decisiu en la vida és estimar. Aquí hi ha el fonament de tot. El primer és viure davant Déu i davant els altres en una actitud d’amor. No hem de perdre’ns en coses accidentals i secundàries, oblidant l’essencial. De l’amor arrenca tota la resta. Sense amor tot queda pervertit.

En parlar de l’amor a Déu, Jesús no està pensant en els sentiments o emocions que poden brollar del nostre cor; tampoc ens està convidant a multiplicar les nostres pregàries i oracions. Estimar el Senyor, el nostre Déu, amb tot el cor és reconèixer Déu com a Font última de la nostra existència, despertar en nosaltres una adhesió total a la seva voluntat, i respondre amb fe incondicional al seu amor universal de Pare de tots.

Per això afegeix Jesús un segon manament. No és possible estimar Déu i viure d’esquena als seus fills i filles. Una religió que predica l’amor a Déu i s’oblida dels que pateixen és una gran mentida. L’única postura realment humana davant de qualsevol persona que trobem en el nostre camí és estimar-la i cercar el seu bé com voldríem per a nosaltres mateixos.

Tot aquest llenguatge pot semblar massa vell, massa gastat i poc eficaç. No obstant això, també avui el primer problema al món és la manca d’amor, que va deshumanitzant, un darrere l’altre, els esforços i les lluites per construir una convivència més humana.

Fa uns anys, el pensador francès, Jean Onimus escrivia així: “El cristianisme està encara en els seus començaments; porta treballant-nos només dos mil anys. La massa és pesada i es necessitaran segles de maduració abans que la caritat la faci fermentar”. Els seguidors de Jesús no hem d’oblidar la nostra responsabilitat. El món necessita testimonis vius que ajudin les futures generacions a creure en l’amor car no hi ha un futur esperançador per a l’ésser humà si acaba per perdre la fe en l’amor.

LEY, PROFETAS Y DERECHOS HUMANOS
Del Evangelio de Mateo 22, 34-40

MARI PAZ LÓPEZ SANTOS

ECLESALIA, 24/10/14.- No hace mucho sentí una impetuosa necesidad de releer la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Leerla a la antigua usanza: en papel, tocando los folios que salieron de la impresora retándome a dedicarle un buen rato de lectura pausada y sin distracciones. ¿Se puede meditar la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

Tras los siete considerandos del preámbulo, que son como el flujo de arrepentimiento por todos los horrores cometidos en menos de cincuenta años en las dos guerras mundiales, se van desgranando los treinta artículos que quieren ser una declaración de de mínimos para ir avanzando en el compromiso de valorar al ser humano en su esencia más profunda y sin distinción alguna.

Una extraña sensación de frío interior me acompañó el resto del día aunque en aquel momento el verano estaba en su esplendor. El documento lleva “durmiendo” en mi mesa unos meses, arropado por otros muchos papeles que le fueron cayendo encima…

Metidos en el otoño, Jesús, a través del pasaje del evangelio de Mt 22, 34-40, llega con un mensaje claro, nítido. Le seguían provocando, buscándole las vueltas: se asociaban para dejarle en evidencia. Saduceos, fariseos, maestros de la Ley… maquinaban para ponerle a prueba. “Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?”

Pocas palabras necesitó para dejarlos fuera de juego: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda el alma, con todo tu ser”. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas”.

La Ley, que en principio sirvió para enderezar el camino del pueblo de Israel, se contaminó después y se vio reducida a un fardo de prescripciones que se imponían a los más débiles. De los profetas ya sabemos como solían acabar: tomados por locos, rechazados y muertos.

Jesús comprimió (utilizando esta palabra en términos informáticos a los que estamos hoy acostumbrados) la Ley entera y los profetas en dos mandamientos: ama a Dios y ama a tu prójimo.

Los mayores recordéis aquello que nos enseñaban en la catequesis cuando éramos niños y que aprendimos con cantinela una vez sobre los 10 mandamientos de la Ley de Dios; se decía con musiquilla infantil: “Estos diez mandamientos se encierran en dos: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.

Si después de más de dos mil años descomprimimos el mensaje original y central que nos dejó Jesús en estos dos mandamientos, habrá muchas sorpresas. En ellos están contenidos todos los documentos, leyes, discursos, programas, mensajes y declaraciones que se hayan creado y puesto en marcha para beneficio de la humanidad. Encontraremos, por supuesto, la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Abolición de la Esclavitud, Las Leyes Anti-aparheid, el Sufragio Femenino, la No-Violencia, etc. y los miles de millones de actos sencillos y silenciosos, de buenas gentes sencillas y silenciosas, que siguen abonando y fertilizando la vida de la humanidad para que la paz no se extinga, la violencia no lo pueda todo y que el ser humano lo sea cada día más.

La poesía tiene la facultad de decir mucho en poco espacio:

 

Nacimos del mismo destello

dentro del corazón de Dios.

Tiempo y espacio

no son medidas de eternidad.

 

Si el nacer te hace hijo,

¡hijo de Dios!

Reconocer te hace hermano,

¡el otro!”.

Yo soy en el otro.

 

Abrámonos a esta comprensión y nos resultará fácil descomprimir en toda su profundidad el mensaje de Amor que Jesús nos dejó.

 

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